No trates de entenderla,
no le reclames nada,
no quieras herir su ego,
no la llames tanto.
Dale todo luego,
deja que te extrañe,
enséñale a confiar de nuevo.
Tú no sabes cuántos tormentos
ha vivido y tal vez
ella no quiera contarte
para evitar decepciones,
sólo llénala de amor,
ella se ha sentido sola
y vacía constantemente.
En el espejo tal vez
ella no se encuentre hermosa,
tú díselo aunque ella no lo crea,
le gusta escucharlo.
Escríbele cartas, canciones, poemas;
insiste si sabes que lo vale,
ella puede volver a tener esperanza.
No le des tregua,
quédate hasta que te quiera.
La constancia es un arma letal,
si ella no quiere que te vayas
quizás no te lo diga,
y te dará señales,
no trates de entenderla,
abrázala y en tu pecho
recarga su cabeza,
bésale las mejillas y el cuello.
Dile que su aroma te recuerda
a bosques y senderos de flores,
no la hieras,
ninguna mujer lo merece,
sólo llénala de amor,
y aunque ella tema
sé sutil,
no trates de entenderla.
Quetzal Noah.
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