A falta de amigos, de familia, de apoyo, de oídos que me entiendan lo que siento, lo que quiero, lo que me duele, y que vean las cosas del mismo modo en el que yo lo veo, decidí hacerme un diario.
O un ocasionario, un devezencuandoario, un cuandomesientamalonecesiteescribiralgoario, para desahogarme, para expresarme, para liberar eso que quiero decir, que quiero gritar, pero no quiero que nadie lo escuche, ni siquiera el viento, sólo quiero sacarlo y ya.
Porque los diarios de librito, se quedaron en mi infancia...
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