lunes, 30 de junio de 2014

Voy a darte
besos en la
cara
hasta que tu
sonrisa
reviente.

Amándote linguísticamente.

Maya << In katech
Náhuatl << nhi mix n ekli

Repertorio.

Despabilo
Quebrar
Grieta
Idiosincrasia
Atribulada
Oriunda
Postrimería
Quimérico
Adepto
Ofuscada
Cloaca
Aletargar
Escéptico
Corolario
Reticencia
Póstuma
Encumbrado
Inmanente
Desasosiego
Cariz
Marisma
Aversión
Furibundo
Ascética
Estucada
Aquiescencia
Amnistía
Renegar
Féretro
Huachafería
Atiborrado
Bohemia
Atildado
Cienaga
Mendrugo
Devinir
Disertar
Zahiriente
Antelación
Introito
Aquelarre
Estentórea
Insulso
Arenga
Adulona
Hosco
Beodez
Neurasténico
Almanaque
Alud
Enervas
Febril
Amohines
Condescendiente
Índole
Agüero
Soliloquio
Parsimonia
Arrobo
Faramalla
Desvarió
Quimera
Vorágine
Pernear permear

Ávido
Reconcomio
Vicario
Transigir
Conjetura
Prodigaba
Eclecticismo
Reticencia
Indagar
Irrebatible
Acequia
Chauffeur
Chador
Anacoretas
Nigromantes

30072013

Te quiero de aquí para allá.
Te quiero de atrás para adelante.
Te quiero de arriba para abajo.
Te quiero de adentro para afuera.
Te quiero como nunca querré a nadie más.
Te quiero como para no dejarte ir jamás.

M.

De ti ya no espero nada. Sólo que te quedes.

Perdí la fecha.

El primer beso.
Tus labios.
Mi cachete.
No recuerdo la estación.
En el colectivo.
Daniel.

Lo decía en serio...

No te vayas.
No todavía.
No en unos meses.
No te vayas jamás.
11052013

24012014 el día del huracán

Caminábamos hacia un lugar concurrido,
cuando me adelanté de repente
alguien lo detuvo
lo escuché reír
giré la cabeza para investigar
y en cuestión de segundos,
mi esfuerzo de seis meses
por tratar de olvidarlo
se desplomó como edificio.

04012014

Te tengo que dejar.
O desistir.
Porque me he pillado anhelando tus mensajes,
deseando tu presencia constante,
buscando tu risa en cada esquina,
preocupándome sobre tu vida,
imaginando destinos contigo,
esperando más de ti.
Y no,
no puedo ni quiero.
Debo detener el río antes de que se desborde.
Y me inunde.
Y no pueda salir.
Debo escapar antes de que sea tarde.
Justo a tiempo.
Tengo miedo y esperanzas.
Por favor, no me atrapes.

Libros.


Perdona si te llamo amor - Federico Moccia
Intercambios - David Lodge
Los enamoramientos -Javier Marías
Diarios de hipócritas
El diario de Ana Frank
Michael Ende
El perfume
El amor dura tres años
Las yeguas desbocadas
Anna Karennina
Mujeres que aman demasiado
Las cosas que no nos dijimos
El último coyote
El nombre del viento
Como agua para chocolate
Nosotras que nos queremos tanto - Marcela Serrano
La cabaña
Opio en las nubes - Rafael Chaparro
Cafeína para dos
La máquina - Eduardo Galeano
Una vacante imprevista
Prohibido suicidarse en primavera
La sombra del viento - Carlos Ruiz
Nuestro último adiós - Andrés Lozano
Cartas a chepita - Jaime Sabines
El túnel - Ernesto Sabato
La invención del amor - José Ovejero
Veinte poemas para ser leídos en el tranvía - Oliverio Girondo
Lorna Doone
De amor y de sombra - I. Allende
Hacia el infinito de Jean Hawking. (Lumen)
Salvaje de Cheryl Strayed. (Roca)
Perdida de Gillian Flynn. (DeBolsillo)
Siempre Alice de Lisa Genova. (Ediciones B)

jueves, 26 de junio de 2014

26/06/14

Me gustan las personas que se desatan,
que tienen esa simplicidad en donde los demás ven complejos,
que se desviven y se vuelven a construir por las noches
para al día siguiente salir con una sonrisa recién estrenada.

Me gusta cuando la confianza se construye al verse,
cuando no hace falta conocer cuál es su color favorito,
si no cuándo fue su momento significativo,
aprender sin aprehender.

Me gusta la gente que actúa por impulso,
es malo, lo sé,
pero hace lo que le nace,
se es sincera sin meditarlo siquiera.

Me gustan las personas que ven los detalles,
van más allá de lo que ven todos,
escarban y encuentran,
descubren, valoran y disfrutan.

Me gustan las personas que aceptan los defectos,
no sólo los soportan,
si no que también,
hacen de ellos cualidades.

lunes, 2 de junio de 2014

Fuiste el culpable de los cuatro golpes más fuertes que he vivido hasta el momento.
El protagonista y espectador de mis cuatro dolores más duros.

El primero, fue en el piso de arriba de cuartos, en la banca blanca, por culpa de una prispa. Fue en la cabeza. Qué risa te provocó. Era el primer indicio, intenté esquivarte, ya mi intuición me lo decía, pero al mismo tiempo, eso provocó un dolor.

El segundo fue en el mismo lugar, la misma banca, el mismo edificio, el mismo piso, diferente día y diferente causa, pero ahí estaba también tu risa, poderosa y abrasadora, y yo con mi golpe en la cabeza, viéndote y diciendo dentro de mí, que era la segunda, aún quedaban más intentos.

El tercero fue en canchas. Juro que si hubiese sido alguien más el incurso, me paraba, lo golpeaba y no dejaba de odiarlo por un buen rato, pero no, fuiste tú. Me dolió demasiado, recuerdo que casi lloro, sentía desmayar. Pienso me fallecieron varias neuronas ahí, pero sólo te acercaste y me abrazaste, y con eso bastó.

Pero no, el más fuerte no fue ninguno de esos tres. 
El que más padecí fue el que me hizo llorar a mares, 
quedarme dormida hasta amanecer con los ojos hinchados, 
acabarme los pañuelos, 
revolver sábanas, 
morder almohadas, 
gastar tinta,
llenar celulosa por ambos lados y sin orden aparente, 
utilizar los oídos por horas seguidas,
y me tumbó, 
me derribó, 
me dejó inconsciente y sin la noción de hacia dónde ir, 
me dejó sin sentido, 
varada, 
triste,
rota.
¿por qué emigraste?

Nada me dolió más que la adversidad acarreada por tu partida.

domingo, 1 de junio de 2014

Carajo.
Te extraño tanto.
Te siento tan distante.

¿Por qué eres tan terco?
Se supone que ese papel era el mío.
¿Ya los rolamos?

Tengo que sincerarme contigo
y es que no me importa ya tu relación con alguien más
no quiero entrometerme
¡nadie está intentando estropear nada!
¿por qué eres tan bobo?

Nunca podrás entender nada.
Porque eres terco
y yo callé muchas cosas

Voy a escribirte aquí,
lo que les decía a los demás cuando hablaba de ti.

Era ese tipo de persona que tal vez si tú conoces dices: "es uno más, no tiene nada de extraordinario"
pero no, para mí sí lo tenía,
en él encontré esas cualidades y defectos que no encontraría en nadie más
esa manera de ser que tanto me encantaba,
en el sentido de que era una persona única como nunca había ni habría en mi vida por segunda ocasión,
para mí era ese tipo de hombre ideal,
estaba ahí para mí, incondicionalmente,
era sincero, era protector, tierno, natural, llevado, risueño, real,
era esa persona que si entraba en tu vida, tú tal vez hubieses pensado que era común,
que no tenía nada de increíble, o de indispensable,
pero para mí, era el hombre que quería conservar para el resto de mi vida.