lunes, 29 de abril de 2013

Desamores.

Y ahora todos quieren desamores cotidianos.
Quieren tener sexo como si fuesen expertos, como las fotos que intercambian y recorren el mundo por internet.
Se quieren ahorrar todas las complicaciones y facilidades del amor, quieren llegar al placer sin sentido, al tocarse sin tacto y a esa satisfacción sin siquiera conocerlo por dentro.
Ahora todos se encierran en un cuarto, se quitan la ropa, los zapatos, los calcetines, los calzones, y comienzan a mezclarse sin hacerlo, se enredan entre las cobijas, se manosean y terminan cada quién siendo uno.
Cuando deberían terminar siendo uno sólo, manosearse las risas, enredarse las experiencias, mezclarse las tristezas y permitir que la otra persona te conozca tal y como eres, con todos tus miedos, tus errores, tus traumas, tus derrotas, tus pérdidas y tus puntos débiles; porque eso, eso es desnudarse realmente.

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