lunes, 30 de noviembre de 2015

Nunca nos tomamos una foto.
Pocas veces nos tomamos de la mano.
Aún recuerdo cuando tomó por primera vez mi mano, estaban cruzados nuestros brazos, él iba conduciendo y puso una canción. Luego entrecruzó sus dedos con los míos y mis tripas también se entrecruzaron. Experimenté un sentimiento que estaba tan alejado de mí desde hacía tanto...
Conocí a su mamá. a su familia y su recámara. Me metí hasta en sus sábanas, pero nunca supe si me dejó entrar en su corazón.
Si sintió algo real por mí. Nunca me dijo "te quiero" ni algo parecido.
Las acciones hablaban.
Y me siento feliz. Plena. Extasiada cada que traigo a mis días un recuerdo de esos días junto a él.
No tenía el control de la relación,
Nunca sabía cómo reaccionaría.
Nos tocó ser impredecibles.
Deseé muchas cosas, que no pasaron, otras que me hubiese gustado en otra manera, pero no, en cambio aprendí a disfrutar esas que sí quería, las que sí disfrutaba y me dejaba sorprender por lo que no me imaginaba.
Me gusta el oleaje con el que me movía y me sacudía, me desbalanceaba y me llevaba a conocer nuevos puertos.

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