Cada día te me vas desvaneciendo un poco más.
Y sé que me hace bien. El dolor disminuye y cada vez lloro menos. 
Lloro menos, pero cuando llega a pasarme, es con más fuerza. 
Como la lluvia en sequía. Te evitas inundaciones, desbordes, pero tarde o temprano extrañas ese suceso. Ansías la lluvia, la esperas con los días contados y los brazos extendidos 
Y no quiero dejar de lloverte. 
 
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