jueves, 17 de abril de 2014

29092013

Es que para mí todo lo que hiciera mi padre estaba mal.
Todo me molestaba.
Cualquier cosa por más insignificante me irritaba.
Me fastidiaban sus expresiones.
Sus maneras de pedir las cosas.
La forma en que ponía al resto del mundo antes que su propia familia.
Su carácter egoísta.
Sus poco frecuentes afectos, secos, falsos, incómodos, hipócritas.
Sí, era hipócrita. Con los demás reía, hacía bromas, era carismático, paciente. Pero no sé qué pasaba que cuando estaba con uno de nosotros, se transformaba, se volvía una piedra, no había expresión en su rostro que no fuera de desaprobación, gemía en tono de hartasgo, se desesperaba, gritaba, golpeaba, explotaba, se volvía verde, morado, las lágrimas eran su cáliz,
Fue el monstruo de mi infancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario