En los por qué y para qué, no en los no sé o quizás.
En el buscar maneras y perseguir las cosas hasta alcanzarlas, no esperar sentada.
Tener paciencia y perseverancia, pero no desistir tan pronto.
A dejar lo mejor de mí en cada cosa que haga, por más mínima, o si no, no hacerla. Poner el corazón en la mesa y el coraje bajo el brazo.
Creo en que las circunstancias por sí solas se presentan, en la puerta, pero es uno quien las invita a pasar.
Y me dejo llevar por ello, aún cuando se asemeje a aventarse al vacío sin amarrarse antes.
Estoy tomando riesgos para evitar cometer el riesgo de no vivir suficiente.
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