martes, 13 de octubre de 2015

Enseñanzas en junio

Saberlas uniéndose para sacar a los niños de Gaga primero, una haciendo pipí escondida entre los árboles porque no podía aguantar más, otra que, después de ser golpeada por una botella de agua lanzada desde el brazo de un niño, sólo derrama lágrimas mientras sonríe y mantiene el coraje en el rostro, una más enfrentando su miedo a aventarse de la tirolesa, una aceptándose cuando no logra hacer algo pero sin martirizarse por ello y diciendo que el siguiente año lo hará, otra que no fingía lo que era y se dejaba llevar sin buscar encajar en ningún molde, otra que me veía y percibía cuando estaba mal, y sin más, estaba ahí para ayudarme a soportar un peso que no estaba ni cerca de ser suyo. Otra que además de la belleza que tenía exteriormente, por dentro la tenía aún más marcada, una más que salvaba peces de los anzuelos, sujetándolos con sus manos porque era más importante eso que tener las manos limpias, ellas preguntándome cosas en español, buscando aprender algo nuevo, sosteniéndose entre ellas, no dejándome salir del área de la alberca cuando me golpee las rodillas y cuidándome "tal y como yo lo hacía con ellas". 
Sin maquillaje, sudadas, con los pies enlodados, despeinadas, ensuciándose las manos, tomando agua de un río, comiendo sin cubiertos, eructando, haciendo las caras más embarazosas aún cuando había gente al rededor, disfrutar comer sin pensar encajar en los moldes puestos por la sociedad, aceptarte tal y como eres, ser tú misma, desenvolverte. 
Todo eso es algo que niñas de 11 y 12 años me han enseñado en cuestión de un mes. 

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